martes, 23 de septiembre de 2008

Parques y Jardines

Esta fotico es del primer parque, de los dos, que atravieso para ir de mi casa al curro. Por supuesto, siempre en horas diurnas, mas que nada por dos cosas: a) No molestar a borrachos y parejas y 2) evitar la siempre molestia violación. Es que no tiene farolas y da miedito.
Este es otro de los pequeños parques del pueblo. Ubicado en la ribera del río tiene (medido a palmos en el mapa) 1,5 x 1 kilómetro. Sales tomas el sol, juegas al furgol (que diría Villar). Aquí fue donde me "comí" el pescaíto frito.

Esta corresponde al final del segundo parque de los que atravieso para llegar a la city. Pasa el río y se alquilan barcas con mantitas y neveritas para que el paisanaje disfrute de la fluvialidad. Lo malo es que también conducen las barcas y, en ocasiones, hay colisiones múltiples.


¿Qué comen los ingleses? versión 1.1

Me vais a llamar pesado, yo tampoco quería hacerlo, pero el otro día probé uno de los platos callejeros típicos de Inglaterra y tengo que enviar mi crónica.

Alentado por las buenas críticas que el plato tenía entre algunos de mis seguidores, el sábado decidí comer Fish & Chips, vamos lo que viene a ser patatas fritas con pescado rebozado. Entro al restaurante y lo pido. La tía me miró con cara rara (o no, porque como todas tienen esa cara de estar chupando vinagre siempre...). Bueno, de entrada me salió por cinco librazas (bastante más caro que cualquier otra comida callejera), pero, que diantre, un día es un día.

A los dos minutos me dan una tarterita para llevar de 25 centímetros llena de patatas fritas y un calamar rebozado de 20 centímetros de largo. Le pongo bien de vinagre y kepchup y para fuera (allí no cabían dos personas). Bueno, como hacía un calor de c***nes (nunca pensé que diría esto en Inglaterra) me fui al parque a deleitarme con los patos y este exquisito platillo.

Y, amigos, ahí comenzó, no se por qué, a torcerse todo. De entrada, las patatas estaban fritas en sal, directamente. Pero bueno. Pero lo mejor era el fish. Primero, estaba rebozado con hormigón. Dios que duro. No exagero, el tenedor de plastiquillo que me dieron dio fe de ello cuando perdió dos de sus puntas. Aún así, y con mucho empeño, la coraza cedió, dando paso a un pez y no un calamar (las apariencias engañan). Se trataba de otro espejismo más. Aquí tengo que confesar mis carencias como narrador. No encuentro epítetos ni adjetivos para describir eso. Sólo puedo confesar que, tras el primer mordisco al bicho, me entraron unas ganas locas de salir corriendo y romper el escaparate del restaurante a pedradas.

El pez, que por aquí juran que es bacalao (cosa que dudo a 23 libras el medio kilo) tenía escamas de merluza, la carne como de bacalao y sabía a carpa. Vamos, un manjar de dioses. Total, cinco libras a la basura. El domingo no me pillaron, fui a lo seguro: comida tradicional escocesa. McDonald.


PD: Ayer comencé a limpiar el baño de mi habitación (1,5 x 1,5 metros). Hoy continuo, pero ya he pedido un lanzallamas.... joder que mierda que tiene.