viernes, 9 de enero de 2009

La vuelta al cole

Pues pasadas las terribles Navidades, ya he vuelto al cole.

En el avión había retraso y avalancha de familias bien que vivían en Londres y han pasado las vacas en casa. Que pedrá tienen. Como todos no cabían en primera, muchos tuvieron que ir con los mortales en turista. A mi me tocó uno: el tío, en el refrigerio que aún ofrece la British Airways, se pidió un botellín de vino y el tío se lo tomó, entre turbulencia y turbulencia, con la misma pose que si estuviese en Mónaco, que tío. Yo sólo rezaba para que en una turbulencia no me cayese el vino en los pantalones.

Al llegar a Cambridge me tocó un taxista que sólo con el good evening supo que era español y me puso la radio ad hoc: me cascó unas rancheras cantadas por el pitufo maquinero que hizo carrera en solitario... señores, eso es para oírlo.

Lo peor estaba por llegar: la Schofield me dijo que iba a hacer cena para celebrar el año nuevo. Al final no estuvo mal.

Ha nevado en el solar patrio, aquí no. Al menos desde que he llegado. Pero he visto dos cosas meteorológicas que no conocía: un río helado (el Cam) y que hiele con niebla (mañana haré foticos).

Por lo demás, como no hay alumnos, esto parece desierto y, para colmo, me he pillado una gripe importante.

feliz 2009 (esperemos).