miércoles, 19 de noviembre de 2008

17, Merton Street: the beginning

Aprovechando que Mrs. Schofied se ha pirado a París y que mi naturaleza, de por sí dañina, ha hecho que haga fotos de la casa a cascoporro, empezamos la serie: "detalles del hogar".
Pero, una buena saga, comienza por el principio (odio el flash back). Todo empezó cuando aterrizé en Cambridge y Mellars me alojó en el Corpus Christi College por 15 días. Tenía que buscar un nuevo alojamiento y me fui al servicio de acomodación (a alojamiento) para buscar una nueva guarida.

Allí me quedó claro que de piso nada, que si me iba a un piso me comía la ropa y los libros. Opción más plausible: alquilar una habitación con baño.

Fue complejo, no había mucho decente y pagable. En la selección final quedaron dos anuncios. El primero de ellos lo ponía una mujer de mediana edad (eso ponía), francesa y que había trabajado en el servicio de alojamiento y acababa con un enigmático "Hombres maduros tendrán preferencia". Efectivamente, esto suena a que cualquier noche se aparecería en mi habitación y diría esa frase que todos tememos: "Vengo a cubrirte". Aún así, llamé y concerté una cita para ver el percal (antes me pasé por el servicio de alojamiento a pedir referencias de ella).
Mientras, seguía buscando y encontré otro anuncio que me interesaba. Habitación en una casa en la que había dos baños... Aquí el anuncio, al menos no era enigmático, vamos que era muy clarito. Decía algo así como "académico de mediana edad y su joven novio negro y enfermero alquilan habitación". Más claro no podían ser, pero, ¿Es necesario poner tanta información? En este caso, lo del "vengo a cubrirte" es más tenso.

Bueno, lo de "académico de mediana edad" me escamó y como ponía un email de la Universidad, pues lo puse en San Google y me apareció el fulano en cuestión. Era el Profesor Chipindale del Departamento de Arqueología. Sí, mi Departamento. Pedí referencias de él y fueron muy corteses en sus respuestas, pero no en sus caras. Aún así, fui a hablar con él. Señores, un auténtico gilipollas. Me trató como un perro sarnoso.

Por eso, cuando visité 17 Merton Street, la casa estaba genial y la Señora Schofield sólo está como una cabra, pero no ha intentado cubrirme. De hecho, creo que se ha ido con su ¿"novio"? a París y, por ello, queda inaugurada esta serie.