viernes, 26 de septiembre de 2008

17, Merton Street o la casita de muñecas

Bueno, esta es la entrada de la casa. Podeis ver un poquito del hall, que no es más que el pasillo con una puerta. Lo interesante de la foto, y por eso la he editado, es que hay cinco espejos desde que acaba la escalera hasta la puerta de la calle, en apenas tres metros. Alguien tiene un problema con su autoestima y no soy yo. Por cierto, acabo de tener un deja vu mientras escribía esto mismo.

La cocina. La verdad que está muy bien y es toda para mi. Mi owner o casera no cocina, al menos, mientras estoy yo en casa. Como dato curioso os diré que el único cuchillo que corta en la casa lo aporté yo. ¿Será una medida preventiva?
La misma cocina vista desde la puerta del jardín (detalle del espejo). A la izquierda se vislumbra una alacena. Es el santuario. Tengo prohibido acercarme a él y, por supuesto, tocarlo. No es broma, lo tengo prohibido.
Aquí es donde está arrojada mi casera. Generalmente a oscuras, otras veces, alumbrada con esa lamparita de mesa que se ve en la estanteria inferior. No se cual de las dos opciones prefiero.
Esto es el salón. Debe ser una copia exacta de los pabellones de caza de los zares rusos. Los comentarios los poneis vosotros. A mi me da un poco repelús. Por supuesto, no se hace vida aqui.